lunes, octubre 31, 2011

El "yo pensaba volver a casa, pero Nueva York... Es mucho NY!"

Lo juro, mi intención durante meses era la de volver a casa y establecerme. 
Empezar a ser un adulto, o sea, alguien con una casa, un trabajo indefinido, pagar seguros, letras de IKEA (cosa "trista" on les hagi)m etc.


Pero me puse a hacer entrevistas. Pocas, la verdad, y a la cuarta me dijeron: ¿Quieres irte a Nueva York? 

Moments of doubt: 0,01".

Pensé en alguien, en el frío, en pisos con ratas, en su metro cutre, en ser una Rudolph perpetuamente pobre...

Y qué más da: es Nueva York.


Y después viene lo complicado y lo surrealista: vivir en Nueva York de una forma legal y cómoda.

Un ejemplo de ello es la conversación bizarra con una señora del IC3X:

Rudolph: - Hola, llamaba por temas de visados, porque me han dado la plaza de Matarromera en Nueva York...

Funcionaria: - Oh, felicidades, reina, felicidades.

R. - Gracias, estoy muy contenta porque me gusta mucho el sector del vino y...

F. - No digas eso, hija, que parecerá que quieres emborracharte.

R. - Bueno, he dicho el sector del vino... Pero me lo apunto...

Funcionarías que creen que les estás confesando un alcoholismo incipiente.




Pronto un especial: anuncios de pisos para compartir en Nueva York.

sábado, octubre 08, 2011

El volver.

He pasado 4 temporadas largas fuera de casa, y por casa se entiende el lugar donde crecí y reside mi familia.

La primera vez que volví de vivir en Florida, tuve jet-lag semanas. Fue terrible, me dormía por todas partes -más de lo habitual- y sólo tenía hambre. Volví rellenita y morena como no he estado nunca. La magía del sol caribeño.

A mí regreso de Tennessee estaba desorientada, sólo me salía hablar inglés y anhelaba la independencia que me había otorgado la distancia.

En cambio, después de Madrid y de sufrir el máster que me hizo perder 8kg, era el hambre el que mandaba.

Y ahora, habiendo sobrevivido sin catarros de magnitud ni gripes a -26º, llego y me resfrío. Al segundo día: PLAM.
Con 30ºC en el exterior, sol radiante, mosquitos tigre y playa, llevo tres días de constipado de manual.

Fuera están las entrevistas, los amigos a los que aún no he visto, la ansiada necesidad del espacio propio que será en Madrid o en Barcelona. O si muy mal va, en Valladolid.

Y el resfriado me mantiene en casa, como antes el frío.

Fighting forms, Franz Marc (1914) - Dedicado a Violeta.

A veces volver, no acaba de sentar del todo bien.

miércoles, octubre 05, 2011

The new Rudolph.


Llevo días rumiando sobre el blog: 


Mantenerlo o matarlo?


Por un lado, yo ya era Rudolph antes de pisar el Polo Norte. Pero, por otro, Bloggy estaba muy centrado en mis teorías sobre Suecia -bonito sitio que no pisaré hasta verano.


Además, si no sé qué haré con mi vida.


Ahora estoy de vuelta, pero quién me dice que no me iré en nada a otro lado? Para huir, claramente.


Como tengo un mes de vacaciones, me dedicaré a pensar en estas cosas tan vitales y otras tan triviales, como el paso del tiempo, la necesidad de tener salud y/o la amistad. Y a cambiar un poco el aspecto del blog y actualizar sus textos.


Pero si algo no cambia en mi vida son las visitas. Llegué el jueves y el viernes llegaron Hanna y Markus, amigos de mi tiempo en Estados Unidos. Y es que tengo cara de hotel/guía turística...


Tantos años cultivando mala leche, un carácter terrible con salidas extra-bordes para que la gente siga queriendo venir a hospedarse y a salir de paseo en mi compañía...


Me no entender.


Pero y lo genial qué es ver que 7 años después de conocernos con Markus seguimos igual de amigos que el primer día, haga calor o frío, en Barcelona o en Washington?


Friendship must be that: no time has passed.

martes, octubre 04, 2011

Hej då, Sverige + Bentornada a casa

Ya no estoy en el mundo de los renos. He vuelto a casa.

Donde no hay animales pragmáticos y tranquilos, sino burricos, toritos bravos y demás fauna ibérica.

Y me encuentro en la disyuntiva de hablar de lo terrible o hacer un homenaje a Suecia... Mi lengua viperina me domina, noto el veneno optando por la primera, pero no lo voy a hacer.

Mejor decir hej då a Estocolmo, a los suecos, a los renos en su hábitat y a mis amigos: Cris, María, Claire, Álvaro, Gerardo, Miquel... Y los que ya huyeron: Martín, Xavi, Marc.


Gracias Suecia por la calefacción central; por María y su sonrisa; por enseñarme a andar sobre el hielo; por lo espectaculares que son los suecos; por hacer que Cris viviera allí; por descubrirme a los bebés que no lloran; por conocer a Claire; por los kanebulle y por el risotto de Álvaro...

No echaré de menos Suecia (al menos no por ahora) pero sí que la quiero más que nunca.