lunes, junio 20, 2011

Rudolph Bed & Breakfast

Estocolmo es una ciudad muy cara. Peor son Oslo, Noruego, y Luanda (Angola), pero eso no quita que la capital escandinava sea rematadamente cara.

No he pisado habitación de hotel alguna en Suecia, pero me huelo que baraticas, eso que se dice baratas, no son.


Debido a ello, he acabado montando Can Rudolph. I guess.
Un poco sin querer, siendo maja, y tal.

Aquí van las conclusiones de mi etapa como hostelera:



Decálogo del buen propietario de hotel piso

A 5 minutitos con el 52.
1) Tener piso céntrico: si viviera en Mordor, véase Jarfalla o Kiruna, nadie me vendría a ver. Pero, por suerte o por desgracia, vivo a una parada de la estación central de Estocolmo.

2) Disponer de varias copias de las llaves: para los huéspedes es imprescindible sentirse libres, sin ataduras... Por eso, es necesario tener copias de las llaves.
Eso, o te montas un sistema de llave escondida, y/o dejas la puerta abierta directamente. ¡Esto es Suecia! 


3) Poseer una cantidad ingente de toallas. Y como en Suecia el tema colgadores-radiador se lleva, encima están calentitas y flonjitas.


4) Guía turístico personal. Los visitantes apreciaran rutas especialmente diseñadas según sus intereses.

"Are you into ducks or into fashion?" 

Depende la respuesta: Puedes ir a pasear solito por el lago. O puedes ir, de nuevo solito, de oca H&M en oca H&M por el centro.
 
Mi miedo átávico a los pájaros
va en aumento.

5) Servicio lavandería: sin duda, el servicio más apreciado. Esta prestación del hotel Pinyol provoca inesperadas reminicencias maternales, a menuda recibidas con abrazos. 
(Personalmente, opino que no es nada del otro mundo hacerle la colada a alguien. Es poner un montón de ropa con más ropa dentro de cilindros que dan vueltas y añadir jabón.)

6) Internet Wifi: uno de los handicaps de Can Pinyol es que sólo dispongo de un cable "mágico". Estamos trabajando en ello (con acento Ansar: http://www.youtube.com/watch?v=9kHgL6RXc5w).

7) Cocina: Pasta y arroz, arroz y pasta. Hay cosas que cambian, otras no: Sigo sin saber cocinar.

Así que sushi a 75SEK a una calle; 7-Eleven al lado; thai a dos calles...

Patos salvajes cazables –y cocinables- en la esquina, etc.

8) Antifaces en verano/zapatillas en invierno: si algo olvidan la mayoría de los visitantes, son zapatillas y antifaces para dormir - Ryanair y sus restricciones de peso, queremos suponer.

Por eso -en caso de olvido- en Can Rudolph encontrará una amplia variedad de ambos productos. 

Aunque es peor, no poder dormir por que no se hace de noche, que andar descalzo por el parquet. 
 

(Próximamente instalaremos persianas. Cortesía de SAS, y el ahorro repentino que ha generado en la propiedad de B&B Rudolph.)

9) Mini-bar: algunos, más que otros, han disfrutado de las bondades de los caldos de calidad que se encuentran en la bodega de Can Rudolph. Destacaríamos la selección de ginebras y vinos tintos.

10) Gimnasio: los visitantes podrán ejercitarse subiendo y bajando camas del piso inferior, deslizando el piano de habitación en habitación, ayudando a poner la funda nórdica… 

CONCLUSIÓN:

Manu haciendo nuevas amistades
porque nadie va a verle.
"El precio de vivir en Europa, es que tienes visitas." – Manu (Sudáfrica)

Y ser pobre, y tener frío, y saludar a renos al pasar... Mientras que vivir en Sudafrica es disfrutar de findes en Madagascar, conocer tortugas, ver zebras... –injusta es la vida.






Welcome all :)


P.D.: Creo que estos, recientemente adquiridos conocimientos, me cualifican para poder ir a NH hoteles y asegurar que poseo experiencia en dirección de pequeños hoteles con encanto, regentados por mi persona.
P.D.2: No es una indirecta a nadie; sólo me gusta quejarme :P. Ha sido un placer tener tantas visitas.

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