miércoles, noviembre 03, 2010

Enferma lejos de casa...

Por lejos de casa, y espero que no sirva de precedente, quiero decir lejos de mi madre y mi padre.

Hoy estoy malita. Nada muy grave, una indigestión. Posiblemente provocada por los gatos que entraron a restregarse contra todos los objetos de mi cocina!

Aún huele a gato pulgoso toda ella (la cocina). Bueno, y puede que yo también.

Velas olorosas de Ikea que intentan tapar el olor felino de mi cocina.
Cuando enfermas en otro país, aunque lleves tiempo viviendo en él, la sensación de fragilidad se multiplica. Ya puedes tener compañeros que te cuiden, una pareja atenta o la mejor cobertura sanitaria del mundo (el caso de Suecia), que te sientes indefenso.

Por suerte ya no es la primera vez que me pasa, y he aprendido a cuidarme sola, y esta vez me he duchado. Y es que la primera vez que enfermé en Estados Unidos vino a cuidarme mi amigo Markus; y me tuvo que mandar a la ducha. (Después de eso, nuestra amistad es indestructible).

Hoy llueve, hace un día feo feo, así que aún enferma me alegro de estar en casa. Me he dejado una pasta en Ikea por ella, pero mirad que mona me ha quedado!
 
   Flores "prestadas" de una cata de vinos en el ventanal de la habitación,
al lado de una tetera con nuevo uso como regadera.
Elementos originales para alegrar cualquier habitación: 
un bonito piano de caoba y un espejo vintage en dorado.
Unos archivadores rojos, rematados con flores naturales,
daran un toque de color a cualquier ambiente.


Las fuentes de luz indirectas definen espacios y 
crean una agradable sensación de calidez.

Y es que cuando estás malita, agradeces sentirte como en casa. Tu nueva casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario